lunes, 18 de marzo de 2024

Capítulo 22

 Pov: Clara

Estábamos llegando ya al inicio del bosque donde estaba mi casa. Me sorprendía que Brian no sospechase algo raro al ver que vivíamos ocultos en el bosque, al fin y al cabo, el también vivía apartado pero tenia otras casas cerca. 

Compartir silencios así era muy cómodo. Me relajaba acariciarle y me encantaba sentir que él me acariciaba. Deposité un suave beso en su cuello y él sonrió.

- vas a hacer que tengamos un accidente - dijo sin apartar la vista de lo que ya, más que carretera, era camino. 

- eres un exagerado - dije volviendo a apoyar mi cabeza en su hombro. Vi como él me miraba durante un instante y volvía a fijar su vista en el camino que ya casi acababa mientras suspiraba -¿que ocurre? 

- nada - dijo el aparcando. Yo levanté mi cabeza para mirarle - solo que me gustaría poder estar así siempre, salir contigo, traerte a casa, despedirme de ti con un beso cuando me tenga que marchar… - yo sonreí al escucharle

- ya queda poco para eso - le dije. El me miró extrañado. - pronto irás a la universidad y allí no tendrás que fingir 

- no tengo muy claro lo de la universidad - me miro serio 

- ¿qué dices? - el dije sorprendida 

- bueno… quizás… lo aplace unos años 

- Pero… ¿por qué? 

- porque no quiero alejarme de ti - me dijo - porque quizás si te espero, elijas una universidad a la que podamos ir los dos y no tengamos que disimular 

- Brian - le dije - no puedes renunciar a tus objetivos por mi - cogí su cara para que me mirase - encontraremos la manera de estar juntos - deposité un tierno beso en sus labios 

- vamos - dijo él bajándose conmigo del coche. Entramos en casa y sonreí. Tendríamos toda la casa para nosotros. Empecé a subir hasta mi habitación y vi que Brian se quedaba parado

- ¿no subes? -dije desde lo alto de la escalera. No sabía si es que no quería dormir aún o si realmente pasaba algo.

- claro - me dijo - es la costumbre - subió detrás de mí y me siguió hasta la habitación. 

- ponte cómodo - sonreí y cerré la puerta de la habitación. De reojo vi cómo Brian se quitaba la camisa. Me quedé mirando su cuerpo. Me quite los tacones y me acerqué a él. Él me miró sonriendo y yo me puse de puntillas para besarle. Deseaba estar con él, sentía una atracción tan intensa hacia él que pensaba que nunca se me quitarían estas ganas que le tenía. Sus manos acariciaban mi cuerpo y yo sentía su calidez pegada a mí. Sonreí contra sus labios y me quité mi vestido, dejando mi cuerpo desnudo delante de él. Ví como tragó saliva

- Clara...- susurró - no sé si puedo...- no terminó la frase y yo sonreí. Supongo que se refería a que no sabía si iba a ser capaz de correrse cuando lo había hecho un par de horas antes

- podemos jugar - susurré yo contra su boca. En su cara se dibujó una sonrisa y empezó a besarme con desesperación, acariciando mi cuerpo. Mis manos fueron a sus pantalones. A veces me costaba no ejercer mi fuerza o velocidad vampírica para desvestirle, pues mi desesperación por él era insaciable. Cuando lo tuve desnudo pude apreciar su erección. Sonreí. Quizás tardaría en volver a correrse, pero podríamos disfrutar mucho hasta ese momento.


Pov: Brian

Tener a Clara entre mis brazos era increible, pero poder acariciar su cuerpo desnudo no era comparable con nada. Me encantaba hacerla disfrutar, escucharla gemir. Sentir su piel contra la mía era tan cómodo y gratificante que me apetecía no separarme nunca de ella. Clara besó mi cuello mientras se ponía de puntillas y yo acariciaba su espalda. No poder estar con ella así sin ocultarlo a veces me hacía enfadar. No es que fuese un exhibicionista, ni mucho menos. Era la sensación de no poder decirle a todo el mundo que la amaba con locura. Clara había llevado una de sus manos a mi entrepierna y la acariciaba suavemente. Yo busqué su boca y sonreí contra sus labios. Era increíble lo mucho que me excitaba. La abracé atrayéndola más hacia mí y girando para poder tumbarnos en su cama. Ella no cesaba en su empeño de acariciarme así que decidí acariciar suavemente sus pezones, sabiendo que eso la volví tan loca que se excitaba sin que hiciese nada más. Se escapó un gemido desde sus labios y sonreí.

- ¿que te pasa? - susurré pícaro, ella se rió tumbada con la mitad de su cuerpo sobre el mío, buscó mis labios y los mordió suavemente

- no puedo parar -me dijo- deseo estar contigo así toda la noche - escucharla así me hacía sentir algo que no podía controlar. Giré dejando que ella se tumbase en la cama, boca arriba. Ahora podía ver todo su cuerpo, acariciarlo, besarlo...

- no lo hagas- dije mientras seguía acariciando sus pechos. Mi erección era notable, no sabía que podía estar así con alguien, nunca había estado así con alguien, pero desde luego, iba a aprovechar todo el placer que podía darle a Clara durante las horas en las que no teníamos que fingir.


Pov: Clara

Las manos de Brian acariciaban suavemente mis pezones. ¿Sería posible correrse sólo así? no era capaz de concentrarme con su manos acariciándome. Me moría de ganas de deshacerme en orgasmos, me moría de ganas de gemir, me moría de ganas de volver a sentirle dentro de mi. Sus labios fueron hasta mi cuello para besarme y darme un leve muerdo. Gemí casi sin querer y sentí como Brian sonreía contra mi cuello. 

- bésame - mi voz sonó con más desesperación de la que esperaba, pero sentía tanto placer que no sabía qué hacer o qué pedirle, sólo quería gestionar todas las sensaciones.

- a sus ordenes - Brian me dio un beso cargado de amor, despacio. No sabía que un beso tan lento podría excitarme tanto. Mis manos fueron a su pelo y entrelace mis dedos con él. El llevó una mano a mi espalda pegándome más a él. Yo llevé una de mis manos a su culo, apretándolo contra mí. Sentí su erección contra mi piel, estaba caliente y eso me hizo excitarme. Me excité tanto que quise ser yo ahora la que llevaría el control. Giré quedando encima de él. Sonreí porque mi intimidad estaba justo encima de su miembro. 

- quiero que no podamos más del placer - le dije antes de depositar besos por todo su cuello y su pecho. Mis manos fueron a su erección para acariciarla mientras mi boca bajaba hacia ella. Lamí sus testículos, su pene.. recorrí de arriba a abajo toda su longitud con mi lengua, le acariciaba. Vi como abrían agarraba con fuerza las sábanas. Estaba muy excitaba, nunca imaginé que hacerle sexo oral pudiese excitarme tanto. Entre toda su erección en mi boca. Era tan grande que apenas entraba entera pero este mismo día había descubierto que me encantaba chuparla. Recorrí arriba y abajo, sin parar, succionando. Un gemido se escapó de sus labios y sonreí. Podría pasarme horas haciendo esto, me encantaba. Saqué su erección de mi boca y la rocé contra mis pechos. Cuando rozó mis pezones gemí yo. Deseaba sentirle dentro. Me senté de nuevo encima de él y con ayuda de mis manos empecé a meterme poco a poco su erección, muy despacio. Cuando lo sentí totalmente dentro de mí sonreí. No sé cómo lo sentiría él, pero yo me sentía empapada, excitaba y completa. Muy despacio empecé a moverme para que su miembro entrase y saliese de mí. Arriba, abajo, delante, atrás… así en un ciclo repetitivo y despacio. Sus manos fueron hasta mi culo, ayudándome en mi vaivén. Gemí, no podía controlar lo que sentía. Me sorprendía ver que cuánto más me acostaba con él más ganas tenía. 

- así… - dijo Brian con voz de placer. Cogí sus manos y las llevé a mis pechos. 

- me quiero correr - dije desecha en gemidos. Él sonrío y agarró mis tetas, las acarició, empezó a jugar con ellas. Aumenté el ritmo, estaba muriéndome de placer. Gemí. No me importaba nada porque estábamos solos y por fin podíamos no reprimir nada. No podía contenerme. Sentía que estaba empapando todo, sentía un placer incalculable. Volví a gemir. Sin duda estaba teniendo un orgasmo muy intenso. Me corrí abundantemente, empecé a respirar para volver a recuperar el aliento. 

- aún puedo seguir jugando - dijo Brian divertido conmigo exhausta sobre él. Giramos de nuevo en la cama. No me dejó reponerme cuando sus dedos ya jugaban conmigo. Caricias, en círculo, despacio, dentro de mi… realmente todo resbalaba muchísimo, estaba mojada y eso hacía que su roce me diese aún más placer. Su boca estaba en mis pechos, chupando, besando… 

- no sé cuánto voy a poder estar así- apenas me salían las palabras. Realmente sentía tanto placer que me estaban entrando ganas de gritar o de morderle o no sabía. 

- córrete de nuevo - dijo Brian. Metió varios de sus dedos dentro de mi. No sabía que estaba haciendo pero me moría de placer. Me besó con desesperación, mordió mi labios. Gemí fuerte porque con sus dedos estaba haciendo maravillas. Brian no paraba y yo estaba sintiendo otro orgasmo intenso que estaba seguro de que él podía notar. ¿Sería multiorgásmica? Dejé de sentir los dedos de Brian en mi porque él cambió de posición. Bajo son su boca de nuevo a mi intimidad por segunda vez en aquel día. Sentía su lengua por ella, sentía que lamía, que jugaba, que succionaba… sentí su lengua dentro de mí y yo esa sensación de volver a correrme sin poder remediarlo. Gemí muy alto. Tanto que cualquiera de mi familia lo habría escuchado si estaba alrededor de casa. Sentía una ganas enormes de volver a correrme, quise apartar su cabeza pero él agarró mis manos y siguió en su empeño. El orgasmo se avecinaba y no podía, ni quería, hacer nada para pararlo. Otro gemido rompió en sonido de la noche. 

- por favor…- dije entre gemidos. Brian sonrió satisfecho de su trabajo. Se alejó un poco hasta su pantalón y cogió otro preservativo. Sonreí aprovechando para ser yo la que tomase el control y lo empujé sobre la cama. Era increíble. A veces me sorprendía lo “responsables” que éramos separándonos el uno del otro para usar protección y lo irresponsables que éramos otras veces porque no poníamos ningún medio, pero, al final y al cabo.. ¿podría yo tener hijos? La verdad que ese pensamiento se me fue rápido la cabeza al verle tumbado y empalmado. Sonreí y lamí su miembro mientras habría el preservativo y se lo colocaba pera luego subirme sobre él y cabalgarle a un buen ritmo, ahora con desesperación, gimiendo al sentirle tan dentro. Él llevó sus manos de nuevo a mis pechos, sabía que me encantaba. Cabalgué con furia y gimiendo y entonces escuché que él también gemía. Alto, tan alto que me hizo excitarme más. No paré en mi movimiento. Apretó mis pechos con fuerza debido al placer y yo sabía que era el momento, iba a correrse. Apretaba tan fuerte que en cualquier situación normal me habría dolido, pero estaba tan excitada que no sentía dolor. Cabalgué con fuerza y aumentando el ritmo y ambos volvimos a corrernos. El gemido de Brian resonó por toda la habitación. Me tumbé sobre él. Podía escuchar su corazón latiendo tan rápido que pensé que iba a explotarle. Sonreí porque yo era quien le provocaba eso. 

- te amo - dijo Brian abrazándome. 

- yo también - le di un tierno beso y me levanté con cuidado. Vi como él se movía para retirar la protección y tirarla. Los dos estábamos empapados en sudor, todo estaba realmente mojado. - voy a la ducha, ¿vienes? - me miró con una mezcla de agotamiento y picardía- prometo no hacerte nada, no podría - sonrió y vino desnudo hacia mi 

- yo creo que aún podría darte muchos besos - dijo dándome un corto beso en los labios- incluso podría ayudarte en la ducha - reí y tiré de él agarrándole la mano. La ducha fue tranquila, a veces el enjabonaba mi cuerpo y me miraba como si nunca hubiese visto nada igual. Me sorprendía porque los dos habíamos tenidos relaciones con otras personas, pero me miraba con una admiración tan intensa que parecía que nunca había visto a nadie más. Después de la ducha nos fuimos a la cama. Sonreí porque ni si quiera se molestó en vestirse, sino se tumbó dejando un hueco suficiente para que yo me tumbase junto a él. Estaba contenta. Por fin podría pasar una noche entera con Brian sin tener que estar pendiente de la hora. Por fin podía dormir desnuda junto a él para sentir toda su piel contra la mía. Me abracé a él y el sueño empezó a invadirme. Definitivamente estaba muy enamorada de Brian y tenía que encontrar la manera de poder dejar de ocultarlo. Caí en un profundo sueño en el que mi último pensamiento fue que estar los dos juntos, abrazos y sin ropa sólo haría que los buenos días fuesen muy placenteros. 

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