Pov: Clara
Tenía que reconocer que Alexandre podría haber sido el chico perfecto. Estaba atento a todo y, aunque aún no sabía si sus intenciones reales eran solo para una noche o no, yo apenas le prestaba atención. Sólo pensaba en Brian, en lo que me había hecho sentir en el baño, en las ganas que tenía de pasar la noche con él y no parar de hacerle el amor, en ese "postre" que decía...
- ¿te gusta el postre?- Alexandre me sacó de mis ensoñaciones y realmente no sé si pude controlar sonrojarme o no
- sí, realmente me encantan los postres- y no lo decía con segundas intenciones, aunque mi cabeza estuviese pensando en otro tipo de postre, me encantan los dulces.
- te noto algo distraída - me dijo Alexandre - ¿algo va mal? ¿ te aburro?
- no no, nada de eso - dije yo - es sólo que estoy algo llena -sonreí
- ¿entonces no vas a venir a la fiesta conmigo?- todas mis ganas de ir a la fiesta habían desaparecido, yo sólo quería irme con Brian
- si, claro que iremos - sonreí fingiendo estar entusiasmada - seguro que unas cuantas bebidas nos vienen bien para bajar la cena - Alexandre sonrió y empezó a hablarme de algo de lo que no presté atención. Yo miraba a Brian por encima de su hombro y cómo esa chica se reía e intentaba coger su mano disimuladamente. Brian también reía y bebía su cerveza, alejando disimuladamente la mano. Seguro que no pude evitar sonrojarme pensando en lo que esas manos me habían hecho sentir una hora antes. Terminamos el postre y en uno de los momentos la mirada de Brian y la mía se cruzaron. Él sonrió, me guiñó un ojo y me hizo un gesto disimulado señalando el baño. Ese simple gesto ya hizo que me pusiese algo nerviosa y, había que reconocerlo, excitada
- ¿te parece si me acerco a la barra a pagar y luego nos vamos? - me dijo Alexadre
-claro - sonreí - mientras voy al baño a darme algunos retoques ¿vale? - él sonrió mientras se levantaba y luego me dijo algo bajito
-puedes hacer lo que quieras, pero no necesitas retoques, Black - sonrió y se fue a la barra. Yo me levanté y fui hacia el baño, pero al mirar de reojo a Brian vi que su mesa estaba vacía. ¿Sería posible que se hubiesen ido y no me hubiese dado cuenta? ¿dónde estaban mis sentidos vampíricos si no me había percatado de eso? La verdad es que algo de desilusión me invadió, me había hecho la idea de tener otro encuentro con Brian antes de marcharme a la fiesta. Entré en el baño y me miré al espejo. No quería ser creía pero realmente ese vestido destacaba todo mi cuerpo y resaltaba aún mejor mi figura. Rebusqué en mi pequeño bolso mi labial y entonces escuche a alguien salir de uno de los inodoros y supe por su perfume que era Brian, aunque prefería hacerme la distraía mientras sonreía. Me abrazó por la espalda y yo fingí sorpresa
- es posible que ese pintalabios acabe por todo tu cuerpo y no sólo en tu boca si te los pintas ahora- dijo contra mi cuello, erizando de nuevo mi piel
- sería peor que acabase sobre tu cuerpo, ¿no crees? -dije girándome hacia él, dejando mis labios muy cerca de los suyos
- lo que sería peor es que alguien pueda entrar ahora aquí -susurró él- alguien como la novia de tu hermano - no apartaba la vista de mis labios - y no pille así de cerca -yo sonreí, acercándome más, rozando nuestros labios pero sin llegar a besarle
- la novia de mi hermano o... quizás tu cita -dije poniéndolo nervioso
- mi fama de mujeriego aumentaría mucho si hago estas cosas con otra persona que no es mi cita, ¿no crees? - yo sonreí
- creo que quiero correr ese riesgo - besé a Brian con desesperación. Estaba deseando tener que dejar de fingir delante de todos, pero más estaba deseando que llegase esta noche y poder tenerlo para mí sólo hasta medio día. Brian continuó mi beso, me atrajo más hacia él agarrando mi culo. Sabía que mi desesperación por hacerlo mío era tan grande como la suya. Empecé a desabrochar su camisa intentando no romperla, pero antes de conseguir mi objetivo él sonrió contra mis labios
- te queda el postre aún -dijo sonriendo - y este sitio es algo arriesgado para el postre, tendrás que venir conmigo
- ¿me llevarás a la fuerza? - volví a darle un corto beso
-no me hará falta - sonrió - ¿o me vas a poner resistencia? - deslizó su mano debajo de mi vestido de nuevo, cerré los ojos esperando sentir sus dedos pero no lo hizo, así que los abrí para encontrármelo mirándome
-eres malo - dije sonrojada. Él sonrió y cogió mi mano. Asomó la cabeza por la puerta del baño y vió no no había nadie mirando, así que salimos y entramos en el baño reservado para minusválidos. Cerró con cerrojo a sus espaldas - ¿esto no se supone que esta mal? -le dije
- ¿él que de todo? - me llevó hasta el lavabo, que caía justo a la altura de mi culo - ¿Encerrarme en un baño reservado? ¿que estemos aquí en lugar de con nuestras citas? ¿o que esté loco por hacerle el amor a la hermana de mi mejor amigo? - mientras hablaba volvía a acariciar mis piernas, acercándose peligrosamente a mi centro, tentándome poco a poco
- estas haciendo que todas esas cosas no me importen -dije yo, él sonrió y me beso mientras delicadamente abría mis piernas. No sé como lo hacía, pero me excitaba aún sin llegar a tocar mis zonas más erógenas. Me levantó un poco para que me sentase en el lavabo, que realmente estaba situado a la altura perfecta
- quiero hacer que disfrutes -dijo él bajando ahora a mi cuello. Sentí sus dedos muy cerca de mi centro cuando me acariciaba. Mi respiración ya se estaba acelerando.
- ¿te dará tiempo? -. dije sonriendo pícara, sabía que picarle así hacía que perdiese el control
- tengo toda la vida -dijo él, una de su manos recorría mi cuerpo en dirección a mis pechos - pero me bastarán un par de minutos - apretó uno de mis pechos, yo volví a besarle y a llevar mis manos a su pantalón. Esta vez no iba a recrearme en acariciar su miembro. Necesitaba sentirlo dentro de mí y si no iba a permitírmelo aún, al menos me encargaría de que el disfrutase un poco. Lo sentí tensarse y jadear cuando agarré su erección y sonreí.
- creo que a mi también me bastarán un par de minutos - dije yo y él sonrió
- te bastarían un par menos - me dijo con voz ronca - pero ahora es mi turno - se colocó entre mis piernas y con las dos manos bajó la parte superior de mi vestido dejando al descubierto mis pechos, rozó mis pezones, los acarició, los pellizcó... mi respiración aumentaba por momentos y de vez en cuando jadeaba reprimiendo gemidos que pudiesen escucharse. Apretaba su erección mientras la masajeaba y podía notar como de vez en cuando Brian gemía contra mis pechos, evitando así que se escuchase. Mientras besaba y mordía mis pechos, deslizo una de sus manos bajo mi vestido, levantándolo hasta mi cintura. Pensé que no llevar ropa interior sólo estaba facilitándole le trabajo a Brian y no me parecía justo. Con sus dedos empezó a rozar mi húmeda intimidad mientras que sus besos subían de mi pecho a mi boca recorriendo mi cuello. Rozaba mi clítoris, lo acariciaba... de verdad que me hacía tocar las estrellas. Además, era la primera vez que jugábamos durante tanto tiempo antes de sentirnos dentro el uno al otro y me estaba dando cuenta de que la excitación acumulada sólo hacia que mis sensaciones fuesen más intensas y más rápidas.
- Brian me estas volviendo loca -dije entre jadeos
- ¿no puedes más? -sonrió pícaro él - lo digo por empezar con el postre o no -sentí que se alejaba un poco de mi cuerpo y al abrir los ojos vi que se arrodillaba ante mí. Por la cabeza se me pasaron sus intenciones y me excité aún más. Normalmente íbamos con tanta desesperación el uno por el otro que no nos parábamos a hacer estas cosas, pero parecía que él iba decidido a darme todo el placer el mundo. Colocó su cara entre mis piernas y pasó su lengua suavemente de arriba a abajo, lamiendo toda mi intimidad. Por instinto llevé mis manos a su pelo y enredé mis dedos. sentí cómo empezó a lamer toda la zona, haciéndome alcanzar las estrellas. succionó mi clítoris, primero despacio, luego subiendo la intensidad. Cuando pensé que iba a correrme alejó su lengua para llevarla a mi vagina, lamiéndola por parte que no sabía ni que existían. Los músculos de mis piernas se tensaban del placer, él seguía haciendo su trabajo, atrayéndome hacia él con la mano que tenía en mi trasero. Su lengua volvió a mi clítoris, lamiéndolo, succionándolo, estremeciéndome. No podía aguantar el placer que me estaba provocando y apreté contra mi su cabeza. No podía creerme lo que me estaba haciendo sentir. La mano que no me apretaba contra él subió a acariciar uno de mis pechos mientras sus succiones aumentaban en intensidad y ritmo. Me estaba volviendo loca. No pude evitar soltar un par de gemidos imposibles de reprimir y Brian, lejos de intentar que no nos escuchasen decidió subir el ritmo y dejar mis pechos para introducir dos de sus dedos dentro de mí. No sé donde estaba tocando, pero su boca me estaba enloqueciendo. Mis músculos se tensaron aún más, era inevitable, me iba a correr y no iba a poder evitarlo. Cerré los dedos que tenía en su pelo, haciéndolo entender que me iba a venir y él succionó con más intensidad. El orgasmo me invadió y mis piernas empezaron a temblar, mi cuerpo temblaba de placer. Cuando mis espasmos cesaron Brian se alejó de mi y se puso de pie, sonriendo. Yo tenía las mejillas ardiendo e intentaba controlar mi agitada respiración. Apoyé mis pies en el suelo y me acerqué a él.
- luego es mi turno - dije antes de besarle. Él sonrió.
- me muero de ganas - después de eso salió del baño y me dejó dentro. Limpié toda mi humedad con papel y me adecenté la ropa de nuevo. Aún podía notarse la excitación en mí, pero esperaba que nadie más se diese cuenta. Al fin y al cabo, si la cena había sido así de intensa, no quería imaginar como iba a ser la fiesta ni como iba a ser la noche.
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